El viento y el sol
Discutían en cierta ocasión el viento y el sol, quién era más fuerte de los dos. Y para comprobarlo acordaron que aquel que lograse antes, que un viajero que pasaba por allí se quitase la capa, sería, sin duda, el más fuerte.
El sol se ocultó detrás de las nubes, y el viento comenzó a soplar, y sopló cada vez más y más, hasta alcanzar la fuerza de un ciclón. Pero cuanto más fuerte soplaba, el hombre más
se envolvía en su capa, sujetándola con ambas manos. Finalmente, el viento, agotado, se dio por vencido.
Entonces el sol apareció poco a poco por entre las nubes, creando un ambiente cálido. El hombre se sintió confortable y se abrió la capa, pero como el sol empezó a brillar y a calentar cada vez más, buscó refugio a la sombra de un árbol, y finalmente se quitó la capa.
El sol había demostrado ser más poderoso que el viento.
Moraleja: La persuasión es más efectiva que la fuerza.
El popular refrán español “Más vale maña que fuerza”, recoge la sabiduría de esta fábula de Esopo.