Para que una persona se sienta satisfecha necesita tres cosas: confianza, libertad y amor.
El sentirnos útiles es algo necesario para el ser humano. El no tener un puesto de trabajo es razón suficiente para tener una autoestima baja. Nos sentimos valorados cuando otros acuden a nosotros en busca de ayuda y consejo.
No siempre se nos abre una puerta de manera inmediata para conseguir el puesto de trabajo esperado. La vida es un laberinto de puertas por el que deberemos caminar, disfrutar, cruzar y aprender.
El otro día leía que más del 75% de las ofertas de empleo en nuestro país, no salen a la luz y se cubren mediante contactos de amigos o de familiares.
La consecuencia de esta práctica es que a muchos de nuestros usuarios se les cierren muchas puertas ya que no tienen la llave para abrirlas. Entidades como la nuestra, donde los preparamos, les hacemos ver que, si consiguen un puesto de trabajo, deben ser responsables, dejar de criticar o de quejarse, aprender a trabajar en equipo, tener iniciativa y sobre todo comprometerse con la empresa.
Las empresas cuando deciden contratar a dedo, se arriesgan a generar desmotivación entre los mismos empleados, rencillas personales y un ambiente laboral enrarecido que puede pasar factura. También pierden la oportunidad de encontrar a otro trabajador que podría estar más preparado y que podría aportar beneficios.
Terminamos este artículo agradeciendo a la Fundación Social Áurea, Health Warriors, Salesianos de Navas, Voluntarios, Empresas colaboradoras, la confianza depositada en nosotros cada semana por los alimentos entregados a 60 familias de diferentes distritos y localidades de Barcelona. Esta puerta siempre estará abierta.