El ser humano cada día me sorprende más y más, me hace llegar a pensar que mas que memoria selectiva, es desfachatez lo que tiene. Tiene la capacidad de recordar asuntos de hace más de 40 años y traerlos al presente, pero con descaro e insolencia, olvida la normativa vigente en cero coma, y se ha de recordar una vez más, que las normas, gusten o no, son para cumplirlas obligatoriamente todos y todas, si, y tú que me lees también.
Cierto es que tenemos muchas ganas de “libertad” después de tantos días de confinamiento, pero ayer, 44 de mayo, pude contabilizar a una muy buena cantidad de personas incumpliendo flagrantemente las normas, realmente observé una situación que no me esperaba, las calles parecían una gran fiesta mayor. Hubo playas que las autoridades tuvieron que cerrar por estar a más del 80% de ocupación, algunos/as que sacaban a sus perros a pasear sin mascarilla, creyendo que el can, como todos/as sabemos, protege a las personas de cualquier contagio, muchísimos “deportistas de salón”, y por supuesto los que creen que estas cosas solo les pasan a los demás, cuando al mismo tiempo que esto sucede se empiezan a observar nuevos rebrotes del maldito virus en algunas comunidades.
Con el calorcito y las terrazas abiertas, ya no recordamos, volvemos con lo de la memoria, los más de 27000 muertos, los más de 243000 contagiados, los más de 9 millones de personas entre ERTE, paro y cese de actividad, que se encuentran sin trabajo, colas del hambre, miseria, deudas públicas, todo por causa directa del COVID-19. Que pronto pasamos del duelo a la celebración y disfrute. Sinceramente creo que hay que denunciarlo socialmente y advertir e intentar sensibilizar esta situación, que no normalidad, y todo esto en fase 2. Después seguramente pediremos a papá Gobierno o a mamá Sanidad, que nos salven a tod@s, y nosotros/as a cambio les daremos muchas sesiones de aplausos en los balcones como agradecimiento. No es un juego ni una opción, es un gran riesgo, una epidemia y esto va de vida o de muerte.
Por favor seamos un poco más coherentes, solidarios, humanos y menos egoístas, personalmente creo que podemos y sabemos, y ojalá lo hagamos, porque de no ser así, una sugerencia te doy, empieza a comprar papel higiénico, porque la historia se repite.